La Perla, Ver.- “Mamá, le robé dos pesos a mi alcancía, voy a las maquinitas”, esas fueron las últimas palabras que expresó Samuel a su mamá, horas antes de que fuera asesinado por un amigo de juegos.
De pie, mirando hacia la casa donde vio por última vez a su hijo con vida, la señora Leticia Hortensia Reyes de Jesús relató que ese día negro, vio a su hijo correr, rumbo a las maquinitas, sin pensar que sería la última vez que lo vería feliz.
“Yo lo perdono. Pienso como madre y le pido a Dios que el niño no sufra por lo que hizo, que encuentre la paz al igual que sus padres, que después de este crimen tuvieron que huir. Qué puedo pedir a Dios, sólo que me dé consuelo, porque mi hijo no se me va a olvidar, pienso que me duele bastante su partida, porque era un niño contento, era especial y le pediré a Dios que lo tenga en su gloria, lo perdono y lo que le grité a su mamá fue por el dolor que sentí al perder a mi hijo. Carmela, perdóname si te hice algo, si te dije algo”.
Recordó que el día que mataron a su hijo Samuel, despertó a temprana hora, ayudó en las labores del hogar y se alistó para ir como cada domingo a misa a la iglesia de la comunidad y a su regreso, se sentaron a la mesa donde comieron como familia.
La mujer, madre de otros tres varones y una mujercita, aseguró no guardar rencor al niño que disparó en contra de su hijo ni a la madre de este, pues sabe que ellos no son culpables, “no guardo rencor para ellos, yo me pongo en los zapatos de su mamá, de Carmela y deberas le pido perdón de lo que yo le hice, en ese momento me ganó la ira, yo quería luchar por la vida de mi hijo, y quería que se salvara. No le guardo rencor a Carmela ni al niño, pasaron las cosas, no sé porqué fueron así, y no hay vuelta para atrás”.
Con información de Oliva Noticias
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