En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, Nestlé México refuerza su compromiso con la transición a sistemas agroalimentarios regenerativos a través de su programa “Ranchos Regenerativos” en su cadena de suministro de leche fresca.
Este programa es impulsado con apoyos técnicos y económicos, y la adopción de prácticas de agricultura y ganadería regenerativa entre los establos lecheros de su cadena de suministro, tiene como objetivo contribuir a la regeneración de los suelos agrícolas y de la biodiversidad, optimizar el uso del agua en la agricultura y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, estas prácticas tienen un impacto positivo en la productividad y rentabilidad de los establos lecheros.
Desde su creación en noviembre del 2022, el programa ha apoyado a 53 ranchos lecheros, y ha tenido un impacto en 6 mil 489 hectáreas. Prácticas como la adopción de sistemas de riego por goteo, generación de composta de estiércol de ganado y su aplicación estandarizada a los suelos agrícolas, rotación de cultivos e intercropping, así como uso de leguminosas como cultivos de cobertura y fertilización eficiente de cultivos a partir de análisis de suelos, forman parte del modelo de agricultura regenerativa Nestlé.
Una de las regiones con mayor desafío agronómico para la producción de forraje, en cantidad y calidad, está en la comarca lagunera, debido a la baja precipitación anual, la salinidad de los suelos y altas temperaturas. Pero también, es una de las zonas con mayores beneficios potenciales de la agricultura regenerativa.
Ejemplo de esta situación es el rancho lechero Beta Santa Mónica, uno de los líderes en la transición de prácticas regenerativas. Cuenta con uno de los proyectos más ambiciosos, que consistió en convertir una tierra desértica de 80 hectáreas, en una tierra fértil de producción forrajera de alto rendimiento.
En la parcela, que en este 2024 inició su segundo ciclo de cultivo, se produce maíz forrajero con riego por goteo subterráneo; se utiliza composta de estiércol como mejorador de suelos y biofertilizante, se utilizan fertilizantes con baja huella de carbono y se realizan pruebas de cultivos intercalados con sesbaniay soya, rotación de cultivos de invierno con avena, triticale y vicia.
La producción de cultivos forrajeros con prácticas de agricultura regenerativa en zonas desérticas contribuye a incrementar la seguridad alimentaria, a capturar dióxido de carbono en el suelo, a incrementar la biodiversidad y a generar empleos locales.
Al respecto, Enrique González, gerente de Agropecuario de Nestlé México, comentó que este proyecto “es un ejemplo de cómo a través de la colaboración con aliados estratégicos como lo son nuestros ganaderos, el INIFAP, Rivulis y Yara, se pueden transformar los desafíos ambientales en oportunidades de implementación a escala».
Y es que, la implementación de este tipo de iniciativas, la compañía se suma al llamado que hace Naciones Unidas de restaurar los suelos agrícolas.
«Al invertir en la restauración de los suelos y los ecosistemas locales, no solo aseguramos la sostenibilidad de nuestras operaciones, sino que también contribuimos a un futuro más resiliente para las comunidades locales y el planeta», afirmó Carlos Becerra, gerente de ESG de Nestlé México.
Con acciones como ésta, Nestlé México refrenda su compromiso con la transición hacia sistemas alimentarios regenerativos a escala de manera equitativa, asequible y sostenible, en línea con su propósito de desarrollar el poder de la alimentación para mejorar la calidad de vida hoy, y para las futuras generaciones.
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