29 marzo, 2024

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Nueva Era

Adela Navarro Bello, award-winning journalist and the editor of investigative weekly newspaper Zeta, at the Zeta offices in Tijuana, Mexico on February 10, 2012.

La libre expresión en México entre violencia del narcotráfico y la intolerancia de los gobiernos a la critica: Adela Navarro

La libre expresión en México se ejerce entre la violencia del narcotráfico y la intolerancia de los gobiernos federal y estatales que no soportan la crítica

Tijuana, BC.— El periodismo y la libertad de expresión en México se ejercen entre la violencia del narcotráfico y la intolerancia de los gobiernos que no soportan la crítica, afirma Adela Navarro, directora del Semanario Zeta.

En entrevista, señala que los gobiernos populistas tienden a buscar némesis, y suele ser la prensa cuando es crítica.

¿En la actualidad cuáles considera que son los principales riesgos para la libertad de expresión?

—Creo que estamos viviendo una época muy convulsa para el periodismo, que está dominando la escena gubernamental en el mundo… como el caso de Brasil, de Estados Unidos y en nuestro caso, en México. El populismo tiende a utilizar o buscar némesis para adentrarse en la opinión colectiva, y uno de esos némesis, aparte de los partidos políticos de ideología distinta, es la prensa, particularmente la crítica, la de investigación y la independiente. ¿Cuáles son los riesgos? Para la libertad de expresión es este contexto de inseguridad y violencia que se está creando, al presentar a los periodistas como enemigos del Estado, ese es el principal riesgo.

Nosotros como periodistas seguimos ejerciendo nuestro derecho, tenemos la libertad de propagar nuestro periodismo de investigación, nuestras ideas, análisis y no podemos hacerlo sin que corramos el riesgo de la violencia, porque vivimos en un clima donde se está polarizando desde la Presidencia de la República. Desafortunadamente ya veníamos de un contexto de inseguridad por el narcotráfico, por el crimen o incluso por gobiernos estatales y municipales que abusando del poder pretendieron controlar a la prensa amenazándola, secuestrándola o llegando a la fatalidad del asesinato. Digo que es desafortunadamente porque siempre hemos estado entre dos fuegos los periodistas de investigación. Estamos entre las amenazas y las balas de los criminales y las presiones de los gobiernos.

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de México [en la prensa] no consideraron que habría este escenario de mayor agresión ¿Cuáles serían entonces los motivos para este clima de vulnerabilidad?

—El ahora Presidente de la República estuvo muchos años en campaña, 12. Él siempre defendió la libertad de expresión porque se la negaron durante 12 años, lo intentaron bloquear, lo intentaron incluso juzgar, lo trataron de censurar y él defendió la libertad de expresión. Era un crítico del sistema político mexicano y un defensor de la libertad de expresión.

Yo recuerdo que, en el caso del Semanario Zeta, el presidente cada que venía a Baja California nos concedía una entrevista y sus palabras siempre fueron de aliento, siempre reconociendo la trayectoria de la publicación y la libertad de expresión que se ejerce en el semanario… Sí pensamos que cuando él llegara a la Presidencia de la República ponderaría eso, que promovería la libertad de expresión, que no sería una persona que iba a emprender una guerra verbal e ideológica contra los medios de comunicación como lo está haciendo ahora.

El Mandatario federal exhibió una tabla publicando los nombres de columnistas de periódicos nacionales como EL UNIVERSAL, Excélsior y Reforma para decir que están contra él. Es un Presidente que es intolerante a la crítica, que no puede entender que en un país donde hay la libertad de expresión, nos lleva eso.

Para que un periodista de investigación sea reconocido debe estar muy alejado del poder y de los gobiernos, pero muy cercano a la sociedad. Los periodistas no tienen que escribir bien del gobierno, los periodistas tienen que escribir lo que está sucediendo en la realidad, y si un gobierno está cometiendo actos de corrupción, abusos de poder y tráfico de influencias, entonces tienen que investigar y publicar lo que está sucediendo, no lo que el Presidente quiere o le convenga.

Pensamos que eso el Presidente lo iba a respetar y aun cuando no los censura sí lo está criticando y lo está evidenciando desde su perspectiva, como una mala actitud de los periodistas hacia su gobierno, en ese sentido lo está transmitiendo a la sociedad y es donde corremos riesgo los periodistas, porque hay una división en la sociedad mexicana, particularmente en las redes sociales, provocada a partir de las premisas del Presidente, linchamientos públicos.

¿Ya hay una conciencia de que hay un riesgo al publicar una crítica al gobierno?

—Creo que lo están haciendo muchos periodistas. El Jefe del Ejecutivo federal ha tomado a EL UNIVERSAL y a Reforma como sacos de boxeo para pegarles y he visto en esos dos diarios nacionales cómo han evidenciado que no es la primera vez que critican a un presidente. No es la primera vez que critican a un sistema político o a una administración federal, ellos también han hecho un recuento para decir que lo hicieron en el pasado, y fue algo que el mismo Presidente aplaudió, lo que ahora está criticando.

No debería ser así, si el Presidente quiere su derecho de réplica, como él lo dice, debería utilizarlo, pero el derecho de réplica no es la estigmatización constante de la prensa.

Pareciera entonces que este discurso [contra la prensa] se va replicando en esferas menores…

—El Presidente pone el ejemplo, ¿no? Tenemos gobernadores, particularmente de Morena, o alcaldes que siguiendo el ejemplo del Mandatario federal utilizan a la prensa como némesis y atacan y vulneran la libertad de expresión.

En el caso de [el gobernador de Baja California Jaime] Bonilla Valdez ha sido muy directo en sus ataques contra el semanario y es lo mismo…

Desafortunadamente esto está ocurriendo en otros estados donde se lleva más allá el ejemplo que da el Presidente de la República, son copias baratas de los gobernadores sobre el liderazgo del presidente López Obrador.

¿No hay un uso discrecional de la justicia en el caso de la libertad de expresión y con la prensa?

—Así es, como en el caso de Sergio Aguayo con [el exgobernador de Coahuila Humberto] Moreira, desafortunadamente en este país tenemos en letra muy bonita la separación de los tres poderes que integran el Estado mexicano, pero en la realidad no existe. Tenemos un presidencialismo que se impone ante los otros dos poderes y eso se replica en los estados, es muy difícil para un reportero ganar una denuncia de este tipo [por difamación o calumnia] ¿Qué es lo que hacemos entonces? Nos protegemos con nuestros lectores y con estas organizaciones de protección de periodistas nacionales e internacionales que son solidarias con nuestra condición.

Hay ejemplos de autoprotección y resiliencia para la libertad de prensa en un ambiente violento y hostil, ¿cómo protegernos para seguir haciendo periodismo?

—Desafortunadamente aprendimos nosotros, en el semanario, a sobrevivir en un clima hostil. [Jesús] Blancornelas [fundador del Semanario Zeta] venía de ser perseguido, exiliado, de ser sacado del estado porque le quitaron un periódico. Entonces, nos enseñó a sobrevivir en un clima de hostilidad, hemos sobrevivido al narcotráfico, desafortunadamente varios de mis compañeros han sido asesinados pero seguimos haciendo nuestro trabajo, vamos a sobrevivir este gobierno porque nuestra sociedad está ávida de información, con una sociedad madura que apoya a sus medios de comunicación. Esa es nuestra responsabilidad como periodistas, estar cerca de nuestra sociedad y replicar e investigar los temas que a la población le interesan, mientras nosotros sigamos en esa dinámica vamos a sobrevivir este gobierno y vamos a sobrevivir a otros.

Con información de El universal